Es de las primeras emisiones que producen los bebés junto a gritos y llantos, estos asociados a sensaciones placenteras o displacenteras.
“ajooo”, “aggg”, “agge”, “agggue”,... distintas posibilidades similares para distintas lenguas parlantes.
Los padres son quienes acercan la lengua materna al hijo, generando en él y con el curso del tiempo, identidad, sentido de pertenencia, cultura, subjetividad, y, por sobre todas las cosas, valor de existencia. La mayor condición que tiene el lenguaje es la de dar reconocimiento del ser y de ser existente.
En esta entrega y apropiación hay un deseo de contacto y comunicación que se manifiesta haciendo y hablando, es así que cuando dos personas se encuentran, se abrazan, y luego se saludan hablando. Al inhibir la acción aparece la palabra hablada.
Con la succión del pecho materno se instalan, en el bebé, patrones ordenadores de la actividad muscular involucrada en la respiración, deglución, fonación y la coordinación necesaria para la producción de voz y habla.
Las caricias, toqueteos y mimos que los dedos maternos realizan sobre labios, lengua, pómulos, nariz y mentón de su hijo, favorecen la producción del “ajooo”, que es recibido con cariñoso placer por la madre, quien refuerza y repite “ajooo”, inaugurando un diálogo verbal que estimula tanto la escucha como el habla en el lactante. La estimulación que el pezón materno realiza sobre la zona perioral del bebé durante la lactancia, promueve la excitación necesaria para iniciar una serie de “ejercicios” de logro del “ajooo”
En estos ejercicios fónicos...
... la “aaa”... abre grande la boca,
... con la “jjj...” o “ggg..” se retrae la lengua,
... con la “ooo...” se hace “trompita” con los labios, y,
la tierna mirada “ojo a ojo” (madre-hijo), incita a repetir la experiencia.
Esta “gimnasia auditivo-vocal”, facilita la ventilación del oído medio, pone en movimiento la músculatura que permite la movilidad del velo del paladar, de la lengua, de la articulación témporo-mandibular, activando funciones fonéticas y deglutorias que favorecen la coordinación respiración-deglución-fonación.
Al estimular zonas de la boca que se usan para hablar, el bebé inicia la percepción interior de “sacar” voz, que la diferencia de la risa, los gritos y el llanto.
Cuando se habla, se le habla a alguien, y se construye la palabra para alguien. Esta intencionalidad lingüística es determinante en la construcción de un diálogo.
Los protagonistas de la transferencia hablada son los padres en primera instancia, la familia luego y la sociedad parlante por último.
Un niño que es nombrado, que es hablado desde el nacimiento, y que es escuchado en sus manifestaciones corporales y fonéticas, es un futuro hablante y un futuro escucha-interprete del otro. Asi... cada Mamá que mira, acaricia y habla a su Hijo, le entrega uno de los bienes más saludables: el de la lengua madre.
Lic. Prof. Norma Beatriz Massara
Tel (0054) 221 -4866361
E-mail massara@netverk.com.ar
La Plata - Argentina
1 comentario:
Excelente trabajo, licenciada, digno de tu trayectoria en actividades con lactantes , te quiero mucho y dale para adelante!!! Naty
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