22 oct 2008

Lactancia materna: confluencia de tres espacios para la comunicación humana

Autoras: Lic.Fo. Norma Beatriz Massara, Lic.Psic. Silvina Rosana Martínez, Dra. Maria Fernanda Mateos.
Asociación Civil ESCUCHÁNDONOS, La Plata.
La asociación civil Escuchándonos, conformada por profesionales de la salud y educación, se constituye sobre la base de promover, difundir y formar en temas de la comunicación humana. Uno de los temas relevantes, en función de las necesidades e intervenciones a nivel comunitario que se nos presenta e impone, es la lactancia materna : un lugar donde confluyen espacios importantes de la comunicación humana, que repercuten en la constitución del individuo como sujeto, miembro real y potencial de una sociedad. El lenguaje y la nutrición, emocional y corporal, se cimientan en la lactancia materna.
En el cachorro humano el contacto corporal responde a una necesidad básica e indispensable para la supervivencia, tan importante como recibir su alimento y cuidados de salud. El ser tocado, movido, acunado, acariciado, el estar al amparo de manos maternas que le brinden cuidado, protección y sostén, constituyen elementos que favorecerán su desarrollo psíquico, junto al lenguaje y la comunicación.
En la lactancia, encontramos una intersección de elementos que promueven un puntapié para el desarrollo psíquico. La conjunción de miradas, gestos, el tono muscular, el contacto, las palabras, canciones y melodías que la mamá canturrea, al igual que toda otra circunstancia que rodean una situación temprana en la infancia, son grabadas en la memoria corporal del niño a la manera de una vivencia rodeada de todo ese entorno afectivo. Situación de vivencia placentera que calma y alimenta, no solo a lo físico sino también al alma.
Es la leche materna el primer alimento que protege a los niños de infecciones respiratorias, otitis, gastroenteritis, alergias, sobrepeso, obesidad, diabetes juvenil. Es ella quien asegura una adecuada maduración cerebral y un vínculo entre la madre y el niño y también previene en las madres el cáncer de mama, ovario y útero. Sin olvidar el valor económico y la comodidad de la lactancia materna: la leche de madre siempre está presente, no requiere preparación y no tiene riesgo de contaminación.
La promoción de la lactancia cobra escaso valor significativo a nivel comunitario si se la reduce a la población de alto riesgo. Espacios comunitarios como escuelas, jardines maternales y de infantes, clubes y otras asociaciones, son lugares privilegiados para la prevención.
Pero a pesar de los valiosos beneficios de la lactancia materna, todavía hay poca sensibilización en el sector salud sobre la importancia de promoverla desde los primeros minutos de nacimiento. Dejar la derivación a ‘’nurseries” a los niños con necesidades médicas que la requieran y promover la internación conjunta desde el momento del parto, son estrategias para lograr una exitosa lactancia materna exclusiva.
El retorno al trabajo es muchas veces la causa de abandono de la lactancia materna, y muchas veces este retorno es “prematuro” para un vínculo que se está iniciando, un alimento que se está incorporando, y movimientos deglutorios que se están adaptando. La realidad que se presenta es que muchas madres no toman su correspondiente licencia por lactancia en reducción horaria, dado que es incompatible con las horas extras laborales y los contratos de trabajo se imponen ante una salida sin opciones: trabajar jornada completa y la alimentación sustituta.
Proveer a las madres información clara y alentadora sobre el amamantamiento, apoyo ante temores y dificultades antes, durante y después del nacimiento del niño son la estrategia más valiosa para lograr la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Informar a las madres sobre la importancia de la extracción de leche, su forma de conservación y las horas permitidas para lactar a sus hijos son prioridades a la hora de acompañar a las madres en esta hermosa tarea.
Desde la asociación Escuchándonos pensamos que el generar espacios de divulgación, prevención y promoción en salud y educación en temas de Comunicación Humana en la primera infancia y en el núcleo familiar, como uno de los ejes de trabajo; desde la difusión, promoción y capacitación con estrategias de comunicación en ámbitos salud y educación, que van desde charlas, jornadas, cursos, postres, intervenciones, dentro del ámbito del Gran La Plata, utilizando como vectores de comunicación a los docentes, profesionales de la salud y padres.
Con la succión del pecho materno se instalan, en el bebé, patrones ordenadores de la actividad muscular involucrada en la respiración, deglución, fonación y la coordinación necesaria para la producción de voz y habla.
La estimulación que el pezón materno realiza sobre la zona perioral del bebé durante la lactancia, promueve la excitación necesaria para iniciar una serie de “ejercicios” de logro del “ajooo”. Esta “gimnasia auditivo-vocal”, facilita la ventilación del oído medio, pone en movimiento la musculatura que permite la movilidad del velo del paladar, de la lengua, de la articulación témporo-mandibular, activando funciones fonéticas y deglutorias que favorecen la coordinación respiración-deglución-fonación, con el plus de la tierna mirada “ojo a ojo” (madre-hijo) que incita a repetir la experiencia.
Estas experiencias tempranas de contacto, olores, sonidos y alimentación de la lactancia, son vivencias de primeras improntas sensoriales que se adhieren a la piel, modo de mensajes preverbales, estableciéndose así los primeros diálogos madre-hijo.
Las caricias, toqueteos y mimos que los dedos maternos realizan sobre labios, lengua, pómulos, nariz y mentón de su hijo, favorecen la producción del “ajooo”, que es recibido con cariñoso placer por la madre, quien refuerza y repite “ajooo”, inaugurando un diálogo verbal que estimula tanto la escucha como el habla en el lactante.
En esta escena vincular, tanto la piel como el tono muscular, funcionan “como un telón de fondo emocional” (H. Wallon) donde se reflejan y se explayan los estados emocionales que se van construyendo, y se va creando así un sostén (holding), en este ser abrazado, contenido, acunado durante el amamantamiento que provee cuidado, seguridad y confianza (D. Winnicott).
En el amamantamiento, o posterior a él, las palabras, la melodía de la voz, las canciones de cuna, acariciarán a modo de “envoltura sonora” al bebé y su incipiente mundo subjetivo. Contactos básicos y necesarios que resultan vitales, e integran un repertorio rico de estímulos que serán el basamento de un crecimiento, maduración y desarrollo saludables.
En todo este accionar que se organiza y desarrolla durante el encuentro en la lactancia, hace que cuando una mamá amamanta, no sólo otorga leche, también provee la dulzura de la miel con este exclusivo encuentro de sensaciones y afectos, un condimento fundamental de una dulzura que humaniza.
Los niños alimentados con pecho en forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida son niños con un mejor crecimiento y desarrollo y una mejor calidad de vida en edades futuras. Son los padres, el sector salud, el sector educativo y los medios de comunicación quienes deben formar parte de la cultura del amamantamiento.
A modo de conclusión:
Desde las distintas intervenciones comunitarias se producen diversos resultados que posibilitan el empoderamiento de la información, sensibilizando cuestiones que promueven el intercambio comunicacional intergeneracional y crean conciencia en la población de la importancia del seguimiento facultativo, y en los profesionales de su capacitación continua.
Escuchándonos como Asociación Civil, con un compromiso ante la comunidad en temas de salud y educación de la comunicación humana, sostiene a la lactancia materna como uno de los ejes naturales, social y cultural, que se encuentra a la base de la comunicación humana y que es necesario/fundamental rescatar y promover en la comunidad toda. La jornada laboral materna sin reducción y la diversidad de productos en el mercado de la alimentación sustituta, ubican a la lactancia materna más como un escollo que como una solución a grandes problemas. El resaltar la riqueza de la lactancia como cimiento del lenguaje, conjuntamente con su capacidad nutricia corporal y afectiva, habilita a la prevención en la comunidad

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